Es una buena práctica cambiar las claves (passwords) regularmente debido a que estas pueden verse expuestas en situaciones tales como:

  • Pueden ser compartidas con amigos o compañeros de trabajo.
  • Pueden escribirse y quedar expuestas a terceros.
  • Pueden ser adivinadas o descubiertas, tanto por humanos como por software de seguridad.
  • Los servidores que almacenan las claves pueden verse comprometidos, y las claves adquiridas por intrusos.
  • Las redes en las que viajan las claves  entre las estaciones de trabajo de los usuarios y los servidores  donde se  validan  pueden estar expuestas, y los passwords pueden ser registrados por un intruso durante la transmisión.
  • El usuario puede ser engañado para que suministre sus passwords a intrusos vía correo electrónico.
  • Los centros de atención al usuario pueden ser engañados para dar a un intruso una clave valida.

Se recomienda realizar el cambio de contraseñas en periodos de entre 90 a 180 días.